Como decía la canción : “ ¿ Quien me lo iba a decir ? ”. Si no lo veo no lo creo. 22 de Junio, tanda de penaltis y el rival Italia.
Todo lo que hubiésemos deseado que no ocurriese era inevitable. Teníamos que luchar contra las estadísticas, contra la historia que no para de recordarnos que no hemos ganado a nadie en tales circunstancias, contra los actuales campeones del mundo ; ITALIA, y contra el mejor portero del planeta tierra : Buffón. Si alguien tiene dudas al respecto de esta cuestión ese no soy yo.
Peter Cech perdió el pulso en su partido frente a los turcos con una salida por alto para olvidar y Casillas, el felino, aun esta un punto por debajo del coloso italiano aunque nos pese.
Es cierto que Iker le gano la partida al de la juve desde los 11 metros y que la distancia entre ambos como cancerberos es mínima pero la presencia del italiano bajo palos es sinónimo de prohibido el paso. Da la sensación de ser imbatible.
El gigante de Carrara parecía que jugase en una portería de fútbol sala.
Lo paraba todo, lo que iba dentro y lo que iba fuera.
Reía con la tranquilidad del que se cree ganador y no era para menos. Buffón sabia que al margen de su tremenda calidad y confianza en si mismo podía contar con un par de factores a su favor : por un lado, una defensa y un equipo experimentado que juega de memoria sin perder nunca la cara al partido y por supuesto lo más importante, daba por hecho que la fortuna que siempre les ha acompañado en estos eventos iba a estar una vez mas de su lado. Y así fue durante los 120 primeros minutos.
España intentaba atacar e Italia buscaba sin encontrar como otras veces, el error de los nuestros que les diese el paso a semifinales.
Senna contribuyo meritoriamente para que esto no fuese posible en gran medida. Estuvo inmenso manteniendo en todo momento el equilibrio entre defensa y ataque.
Puyol y Marchena hicieron un partido para enmarcar. Les toco bailar con la fea más alta que jamás se haya visto y ni por esas se vinieron abajo. Saltaban, pegaban y molestaban en cualquier intento de Toni por conectar un buen cabezazo que acabase en la mallas de la portería de San Iker, patrón de las causas perdidas.
Mientras tanto Antonio Cassano, gordo segundo de España y Madrid ( sintiéndolo mucho Ronaldo siempre fue el numero uno en todo, en kilos, en goles, en juergas y hasta en travestís si es menester ), parecía empequeñecer la figura de nuestro defensa más solvente; Sergio Ramos. El lateral daba la sensación que de nuevo no andaba fino, pero todo cambio durante el segundo tiempo. El descanso debió de sentar bien al sevillano que regreso con aires renovados.
Realizo sus mejores 45 minutos de la eurocopa y ayudo inestimablemente a la pareja de centrales en su batalla con el tanque italiano.
Junto a Senna Xavi trataba de administrar la posesión de balón como quien conduce un barco a buen puerto pero Luis sorprendentemente le sustituyo buscando un poco más de profundidad con la carta tapada de Cesc Fabregas, que a la postre se convertiría decisivo en la fatídica tanda de penaltis. Y por supuesto en un día negado para los de arriba fue Silva quizá la cabeza más lucida. El pequeño canario fue un peligro constante que no dudaba en encarar a la temible defensa italiana, aunque con resultados más bien aciagos para nuestras ilusiones.
Y hasta ahí la cosa siguió por los cauces más o menos habituales, pero los penaltis fueron harina de otro costal.
Allí surgió la figura del gran Casillas. Ese portero cuyos milagros conocen en casi toda España y parte de Europa. El primero en toparse con los guantes de Iker fue De Rossi, que aun debe de estar preguntándose como demonios saco ese balón ajustado al palo el maldito Casillas y bendito de España.
Empezábamos bien y por fin respirábamos con cierta tranquilidad aunque sin tenerlas todas consigo.Y de repente todo nuestro mundo se vino abajo en cuestión de segundos.
Güiza perdía el envite ante Bufón. Volvíamos a estar a merced de los malditos italianos. Pocos confiaban en que fuésemos a pasar jugándonos el pase a cara o cruz, entre ellos yo, pero esta vez los dioses estuvieron del lado de España.
Estábamos en manos de Iker, el capitán, y a Di Natale se le hizo pequeña la portería, algo que nosotros habíamos experimentado a lo largo de todo el partido.
Ese fue el final de Italia y del gran Buffón, que tuvo que rendirse en esta ocasión ante Casillas, aunque aun conserve el titulo de mejor portero del planeta.
Todo pasaba por las botas de Cesc Fabregas y las manos de Buffón. Los italianos estaban perdidos. Se habían metido en un callejón sin salida y Fabregas les apuntaba con una mágnum 44 directamente al corazón.
Gooooooooooool !, un grito de alegría que inundaba toda España y que hundía a Italia en la más profunda de las cavernas.
Después de 24 años de nefastos resultados y de esperanzas truncadas en el último suspiro podemos soñar con la posibilidad de alcanzar una final.
Por fin podemos presumir de haber ganado a un grande en un combate a vida o muerte, pero como dice El Sabio aun no hemos ganado nada.
El jueves nos espera la Rusia de Jekill & Mr. Hyde. Este equipo siempre ha sido imprevisible al 100 %, capaces de lo mejor y de lo peor.
Ante Holanda demostraron lo que pueden hacer si tienen el día bueno. Jugaron con descaro y desplegaron un fútbol preciosista que entusiasmo a propios y extraños.
Machacaron asombrosamente a los naranjas, ante la atónita mirada de los espectadores tulipanes que no daban crédito a lo que estaban presenciando, con una velocidad endiablada.
Y por si fuera poco han recuperado al demonio de Tasmania, un tal Arshavin del que más bien sabíamos poco, pero que atesora en sus piernas un talento descomunal que esperemos no vuelva a relucir ante la roja.
El genio de la lámpara no estuvo en el 4-1 y amenaza con destapar el tarro de las esencias en la antesala a la final. Todo es posible en este partido pero lo que es seguro es que nada será tan sencillo como la ultima vez y sino que se lo pregunten a los chicos del baloncesto que de esto ya saben algo.
Los rusos nos birlaron la final en nuestra propia casa ,después de que pasásemos por encima de ellos en la liguilla de grupos, todo un ejemplo a tener en cuenta. Aunque me imagino que Luis tiene muy presente el partido entre rusos y holandeses, y el de alemanes y portugueses como referente de lo que puede ocurrir en caso de no salir mentalizados o de infravalorar a los de la antigua unión soviética. Y por si acaso queda alguna duda al respecto solo tienen que consultar los libros de historia. Seguro que Napoleón o Hitler pueden dar fe de lo que son capaces estos rusos con tal de no dar su brazo a torcer.
Sin embargo el escollo más duro esta camino de casa. Los italianos tienen hechas las maletas y posiblemente Donadoni tendrá que buscarse las habichuelas fuera de la nacional.
El partido ante Rusia se presenta más abierto que los cuartos y las posibilidades de pasar sin lugar a dudas son mayores, pero en el banquillo contrario nos volvemos a ver las caras con un conocido de ingrato recuerdo: Guus Hiddink, alias David Jones ,el holandés errante. Un tipo que en su larga trayectoria como entrenador ha hecho tantos amigos como enemigos ,sin distinción de clase, y sino que se lo pregunten a sus compatriotas.
Una nueva vendetta esta servida. España pide a gritos un nuevo trofeo de caza para colgar en el salón de casa y los rusos se interponen en nuestro camino por alcanzar la gloria.
El jueves 26 de junio a las nueve menos cuarto tenemos otra cita con la selección y estoy seguro que esta no será la última.
Podemos seguir soñando hasta el domingo, el lunes quien sabe si nuestros sueños se habrán hecho realidad.
Mientras tanto como decía el gran Bilardo recuerden que los coloraos son los nuestros.
THE BLACK ANGEL